"La prostitución es un submundo en el que nadie entra; solo los clientes, las mujeres y quienes las explotan", explica la Hna. Martinha Silva, coordinadora del proyecto de intervención social Micaela de las Hermanas Adoratrices en Coimbra, Portugal. Un equipo conformado por religiosas y voluntarios laicos ofrece apoyo social, psicológico, formativo, laboral y jurídico que permita a estas mujeres salir de la situación de prostitución, de secuestro y explotación, a las que son sometidas por las redes de trata de personas.