La hermana Ana González comparte su experiencia trabajando con jóvenes inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, un colectivo que se enfrenta a la incertidumbre y al temor constante a la deportación. Al igual que el niño Jesús tuvo que huir como refugiado, estos jóvenes han arriesgado todo por una oportunidad de sobrevivir, sostiene la religiosa de las Hermanas Dominicas de la Paz en su artículo para la sección Una Mirada Joven de GSR, y agrega que aunque las parroquias brindan apoyo, ellos carecen de protección legal. Más de 800 000 personas se han beneficiado del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés) desde 2012, pero más de diez años después su futuro ahora pende de un hilo. González hace un llamado al Congreso para que proporcione medidas duraderas y el derecho a la ciudadanía, pues los Soñadores, como se les llama a los inmigrantes, siguen contribuyendo a su comunidad a pesar del miedo latente.