El nuevo proceso del Sínodo de los Obispos del papa Francisco, que involucra a laicos, clérigos, religiosas y religiosos en una asamblea en Roma del 4 al 29 de octubre, ha sido descrito por una participante como un “respiro” para la Iglesia. La Hna. María Cimperman, teóloga estadounidense y miembro de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, comparte su perspectiva sobre el proceso sinodal, cuyo nuevo enfoque permite a los miembros de la Iglesia —distintos a los obispos— participar y votar. Cimperman destaca que pese a las críticas, este proceso refleja una continuidad de la renovación iniciada por el Concilio Vaticano II y destaca el enriquecimiento que añade la participación de comunidades religiosas y voces de las “periferias”. Igualmente, la religiosa valora la “fuerza silenciosa” de la oración que añadirán las hermanas que no puedan asistir al encuentro.