Los feligreses asisten a una misa en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Managua, Nicaragua, el 2 de agosto de 2022. (Foto: OSV News/Reuters/Maynor Valenzuela)
Nota del editor: La serie de Global Sisters Report Esperanza en Medio del Caos: Hermanas en Zonas de Conflicto ofrece una mirada a las vidas y ministerios de las religiosas que prestan servicio en lugares peligrosos en todo el mundo. Las noticias, columnas y entrevistas de esta serie incluirán a hermanas en Ucrania, Nigeria, Kenia, Sri Lanka, Nicaragua y otros lugares a lo largo de 2023.
En la vida ocurren acontecimientos que nos permiten ser testigos de primera fuente y nos transforman la vida. Desde la dimensión de la fe, todos somos testigos primarios de nuestro propio encuentro con Jesús que nos pone en movimiento, nos saca de inercias y nos conduce a ser anunciadores y predicadores de una Buena Noticia, su Resurrección.
Estar en lugares donde la vida clama es una clara señal de la fuerza de su Espíritu que guía y sostiene. También nos lleva a correr riesgos y, con valentía, a luchar por los cambios que son necesarios para vivir.
En Nicaragua nos acompaña esa nube de testigos primarios, un resto pequeño de personas que continúan sosteniendo la vida cotidiana y resistiendo desde la fe, la esperanza y la confianza en que esta experiencia de muerte pase. A veces, pensamos que las acciones del mal personalizado en el país tienen un cronograma bien estructurado para atacar y clavar sus garras el corazón herido del pueblo.
La vida consagrada sigue resistiendo junto al pueblo de Dios, siendo testigo de las burlas que hacen con las congregaciones, al ponerles infinidad de trabas para poder permanecer en la misión, y de las luchas maratónicas que tienen que realizar para no perder miembros, obras y bienes que hacen tanto bien al crecimiento humano y psicoespiritual de nuestra Nicaragua. Los religiosas y religiosas son testigos del modo cruel de operar de esta dictadura nefasta que va llevando al país a un suicidio lento en áreas vitales de las personas e instituciones.
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Sabemos que nuestros ojos están fijos en Jesús, pero es muy duro ver cómo crece esta desconfianza entre religiosos y religiosas, y entre la Conferencia Episcopal de Nicaragua y los miembros de las iglesias locales, todo fruto de la ideología que tiene ciegos a muchos de ellos y ha creado aún más división. “Divide y vencerás” es la táctica del mal, unida a un silencio ruidoso y muchas veces cómplice que deja mucho qué pensar y desear.
Quienes se expresan e intentan denunciar la situación o defender a algún preso o presa política u otra realidad, son puestos en prisión, les quitan su licencia para ejercer sus profesiones, son asesinados o desterrados.
Nos pesa en las entrañas hacer malabares y pedir mucho al Espíritu para saber qué decir y cómo decirlo para no poner más en peligro la vida de la gente. Esta es una experiencia apocalíptica, porque en medio del miedo, la incertidumbre y la persecución tratamos de continuar anunciando con la vida la presencia de Jesús que también es testigo de esta realidad tan dura.
Nos sentimos pequeños y perseguidos, mas no abandonados por el Dios de Jesús que tiene sus manos sobre el pueblo y nos bendice y nos sostiene. Ya es hora de aprender a reinventarnos y contemplar nuestra realidad sin compararnos ni caer en pesimismos, para seguir tejiendo con los hilos de la vida la unidad, la fraternidad y la democracia.
"En Nicaragua nos acompaña esa nube de testigos primarios (…) que continúan sosteniendo la vida cotidiana y resistiendo desde la fe, la esperanza y la confianza en que esta experiencia de muerte pase": Vuelo en V #HermanasCatólicas #CSRenespañol
Hay momentos en que pareciera que nos quieren robar el deseo de soñar. Hay instituciones que agonizan, otras ya dejaron de existir y el hambre y la indigencia comienzan a aumentar.
Ser testigos de las crisis profundas que vivimos nos vuelve intrépidos para saber descubrir qué es lo que Dios va pidiendo a cada cristiano y personas de buena voluntad en estos momentos. Debemos afinar los sentidos para conectar con aquellas propuestas que tímidamente se mantienen para poder sostener la vida y la fe.
Nos toca discernir cómo y dónde seguir siendo lo que estamos llamados a ser como discípulos de Jesús ―”levadura en la masa”― en momentos de muchas turbulencias de la vida. Hemos de profetizar desde los espacios donde estamos, reconociéndonos también vulnerables y muchas veces indignados/impotentes, fortalecidos/débiles, haciendo sinergia junto al pueblo en medio del miedo y la incertidumbre.
Somos nube de testigos humanos, frágiles, pero con un corazón que sigue deseando esa “patria grande” con la que soñaba nuestro poeta Rubén Darío. Soñamos también con no heredar a nuestras futuras generaciones más descomposición y fragmentación del tejido familiar, social, político y eclesial.
Tarjetas postales diseñadas por el Museo de la Memoria contra la Impunidad, junto a la Asociación de Madres de Abril, con las que se exige justicia para las víctimas de abril de 2018, cuando manifestantes fueron asesinados por fuerzas del gobierno en Nicaragua. (Foto: cortesía Vuelo en V)
Gestamos juntos esta transformación desde la conversión de cada persona que ha experimentado que no podemos cerrar los ojos y separar la vida de los acontecimientos, pues entendemos que si bien la fe es alimento vital en el desarrollo de la vida, su praxis coherente es la que nos va a conducir a los verdaderos cambios.
Los testigos predican con la vida y transmiten los sucesos, tratando de ser fieles a lo que han observado, para juntos releer cada acontecimiento y extraer de ellos las enseñanzas. Es necesario seguir aprendiendo, como pueblo de Dios, a discernir a la luz de la Palabra y la fe cuáles serán los siguientes pasos y elecciones que tendremos que tomar para seguir siendo fieles a aquellas intuiciones del Espíritu en este deseo de Nicaragua de ‘renacer’.
Esa nube de testigos también se forjó en abril del 2018.
Abril es vida y esperanza que late con fuerza desde lo escondido de cada corazón que sabe que todos estamos interconectados desde nuestras convicciones...
Abril es aquello que un día se soñó y se quiso hacer vida desde lo más ontológico que tenemos...
Abril es ese tsunami de fuerza viva que empuja la vida y que implica el movimiento interno de transformación. No se puede contener ni silenciar, y tiene la capacidad de desbordar y destruir los diques y las barreras de lo injusto, lo insolente y descarado.
Abril se escribe con la ‘a’ de amar, porque su nombre responde a la fuerza del amor vivo que hay en cada fibra del corazón de aquellos y aquellas que nos atrevemos a soñar con un presente y un mañana mejor.
Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 21 de julio de 2023.