"Nos sentimos parte de esta Iglesia viva con rostro propio, una Iglesia que respira nuestra identidad y espiritualidad indígena", escribe la Hna. Delia María Albatabango, una religiosa de Ayllu Guadalupac Misineracuna, una congregación de religiosas indígenas que en Ecuador caminan con su pueblo, hablan su lengua y encarnan el Evangelio.