Safe Parking LA pretende acondicionar los aparcamientos del condado de Los Ángeles que no se utilizan para las personas sin hogar que viven en la ciudad y tienen vehículos. (Foto: Unsplash John Matychuk)
Para los habitantes de Los Ángeles que viven en sus coches, una plaza de aparcamiento segura donde puedan dormir y tener acceso a aseos y servicios sociales puede marcar la diferencia.
Safe Parking LA pretende acondicionar los aparcamientos del condado de Los Ángeles que no se utilizan para las personas sin hogar que viven en la ciudad y tienen vehículos. Inspirado en un programa similar en la localidad cercana de Santa Bárbara llamado New Beginnings, Safe Parking LA comenzó en 2016 después de desafiar las ordenanzas de la ciudad para permitir a las personas el derecho a dormir en sus coches y aparcar durante la noche en espacios públicos.
En 2018, se habilitó el primero de los 10 aparcamientos para personas que viven en sus coches en el condado de Los Ángeles, y ahora el programa atiende a unos 400 usuarios al año tras un proceso de solicitud.
“Cada vez que ayudamos a una persona sin hogar y conseguimos que tenga alojamiento, también nos centramos en su bienestar general, no solo en que esté alojada, sino en que se convierta en un miembro productivo de la sociedad y cambie la trayectoria generacional de esa familia”, afirmó Silvia Gutiérrez, directora ejecutiva del programa, y añadió: “Realmente me hace sentir que estoy marcando una diferencia en la sociedad”.
Silvia Gutiérrez, integrante de la Comunidad del Corazón Inmaculado y directora ejecutiva de Safe Parking LA (Foto: cortesía de Silvia Gutiérrez)
Gutiérrez, miembro de la Comunidad del Corazón Inmaculado y trabajadora social de formación, supervisó anteriormente los programas del Centro del Buen Pastor para mujeres y niños sin hogar de organizaciones benéficas católicas de Los Ángeles. También ha trabajado en programas de violencia doméstica y vivienda permanente.
Safe Parking LA funciona gracias a la colaboración con comunidades religiosas locales: parroquias, sinagogas y organizaciones religiosas. (Uno de los aparcamientos, por ejemplo, está situado en Beit T'Shuvah, un servicio de recuperación de drogodependientes de la comunidad judía).
“La fe católica ha estado siempre en el centro de lo que soy y de mi interés por servir a mi comunidad, y entrar en el Corazón Inmaculado no hizo más que reforzar esas ideas católicas de servicio, de preocuparse por todos y de actuar en el mundo”, declaró Gutiérrez. “Se trata realmente de poner nuestros sentimientos y nuestras intenciones en acción”, agregó.
GSR: ¿Cuál es la estancia media de alguien que aparca?
Gutiérrez: Nuestra media es de entre seis y ocho meses de estancia en nuestros programas de aparcamiento.
Alrededor del 75 % de nuestros clientes tienen ingresos cuando acuden a nuestros programas de aparcamiento. Cuando se inscriben tienen trabajos a tiempo parcial, a tiempo completo o perciben prestaciones por desempleo, Seguridad Social o discapacidad. Y la mayoría de nuestros clientes se encuentran sin hogar por primera vez, por lo que no son personas sin hogar de manera crónica. Para ser considerado un ‘sin techo’ crónico, tienes que llevar al menos dos años sin hogar y tener una discapacidad.
En California vamos por nuestro séptimo año de trabajo con un sistema que analiza las características de las personas sin hogar y realiza una evaluación de su salud y de todos los factores de riesgo que presentan. Queremos dar prioridad al alojamiento de los más necesitados para que haya menos personas sin hogar que mueran en la calle. Es un buen sistema.
"La gente tiene trabajos a tiempo completo, en Uber, buscándose la vida; pero aun así, no pueden pagar lo que cuesta vivir en un barrio seguro y agradable ni un alquiler": Silvia Gutierrez, de Safe Parking LA. #GSRenespañol #HermanasCatólicas
Sin embargo, en la vida un sistema no siempre se ajusta a todas las cosas, así que Safe Parking LA es una de las estrategias más recientes en la zona del condado de Los Ángeles. Este concepto de contar con estacionamiento seguro es nuevo como programa y realmente está satisfaciendo una necesidad sin cubrir, porque nuestros clientes en realidad solo necesitan un puente y apoyo para volver a una vivienda estable. Ya tienen ingresos que están ahorrando mientras están inscritos en nuestro programa y tenemos acceso a la asistencia financiera también para ayudarles a pagar los depósitos de seguridad o el alquiler del primer mes.
Pueden ver rápidamente la manera de salir de la situación y eso es estupendo porque no necesitan entrar en el sistema de refugios, que te obliga a permanecer en ellos durante 30, 60 o 90 días.
¿Ven muchas familias entre los que aparcan o suelen ser personas solas?
El año pasado tuvimos una docena de familias que aparcaron con nosotros. Intentamos dirigir a las familias a los refugios para que no vivan en sus vehículos, y hay muchos recursos en el condado de Los Ángeles, a través de los Centros de Soluciones Familiares para Personas Sin Hogar, que ofrecen una vía de acceso a viviendas provisionales, alojamientos para casos de emergencia, de modo que las familias pueden entrar a una vivienda.
Pero como la crisis de las personas sin hogar del condado no ha disminuido en los últimos cinco años, por desgracia los sistemas siempre tienen más necesidades de las que pueden cubrir. En ocasiones hemos tenido familias estacionadas con nosotros durante un mes, un par de semanas o un par de días, dependiendo de la rapidez con la que los recursos pueden abrirse para acoger a las familias que llegan a los refugios de crisis.
Hábleme del impacto que ha tenido la COVID-19 en el programa.
Cuando comenzó la COVID a principios de 2020, en realidad, Safe Parking LA tuvo un descenso significativo en el número de usuarios.
Cuando vives en tus vehículos, es un entorno muy expuesto porque no vives bajo la seguridad de cuatro paredes. Cualquier cosa que ocurra puede afectarte directamente. Es una sensación muy dura la de estar expuesto.
Según el informe anual de Safe Parking Los Ángeles correspondiente al periodo julio de 2020 y junio de 2021, más de un tercio de sus clientes eran mayores de 55 años. Las mujeres representaban el 36 % de quienes utilizaban los servicios de la organización. (Fotos: cortesía de Silvia Gutiérrez)
Por ejemplo, en 2020 en el condado de Los Ángeles tuvimos muchos disturbios y protestas a raíz del movimiento Black Lives Matter, disturbios civiles que afectaron directamente a nuestros clientes en la ciudad de Los Ángeles. El alcalde instituyó un toque de queda y eso supuso que nuestros usuarios estuvieran expuestos a la intemperie.
Tuvimos que trabajar muy duro con todos los propietarios de nuestros aparcamientos para abrirlos a las 5 en punto [que era el horario del toque de queda, en lugar de abrir normalmente a las 7 de la tarde]. Tuvimos solo un par de horas para hacer todo esto y comunicar a nuestros clientes que podían volver con seguridad al programa de aparcamiento a las 5 en punto.
Nos centramos mucho en dar a los clientes la formación que necesitaban para estar al corriente del virus y de cuáles eran los factores de riesgo. Hicimos muchas pruebas con la gente durante ese tiempo y pudimos ubicar a muchas personas con factores de riesgo en el Proyecto Roomkey [un programa estatal que convierte las habitaciones de hotel en refugios de emergencia].
Estuvimos muy atentos a los recursos para poder utilizarlos. Por ejemplo, todos los Starbucks cerraron, así que nuestros clientes no pudieron acceder a la conexión Wi-Fi. También cerraron todos los gimnasios que nuestros clientes solían utilizar para ducharse. Así que tuvimos que estar a la vanguardia para conseguir averiguar todos los recursos de emergencia, todos los centros de acceso, todas las despensas de alimentos que estaban dando comida, y encontrar dónde los clientes podían conseguir duchas (como a través de la YMCA, por ejemplo).
¿Podría hablarme de una persona concreta cuya plaza de aparcamiento haya marcado la diferencia?
Cuando recopilamos los datos de final de año, vimos que teníamos muchos usuarios de la tercera edad; la gente no suele pensar en las personas mayores cuando piensa en programas de aparcamiento. Una de nuestras historias de éxito fue la de un señor de 71 años que llevaba siete años sin hogar. Luchaba por recuperarse de un divorcio y de varios problemas de salud como antecedentes de cardiopatías, diabetes y pérdida de audición. Recuperarse había sido todo un reto; el divorcio le hizo retroceder mucho.
Cuando se inscribió en Safe Parking LA en marzo de 2021, su vida parecía realmente caótica y desordenada; necesitaba reparaciones en su vehículo. Pudimos ayudarle con las reparaciones inmediatas y nos aseguramos de que tuviera seguro de coche y matrícula, cosas básicas en las que trabajamos con todos nuestros usuarios y sus gestores de casos.
Empezó a fijarse pequeños objetivos para conseguir una vivienda estable, asegurarse de que podía cobrar la Seguridad Social, legalizar su vehículo y renovar su permiso de residencia. Y en junio lo trasladamos a una comunidad de casas pequeñas en la zona de Reseda [como vivienda provisional], donde seguirá trabajando para conseguir una vivienda permanente.
Una de las cosas que dijo fue que le habíamos cambiado la vida, que si no se hubiera metido en las casas pequeñas en el verano, habría creído que iba a morir en su coche porque ya sentía que su vida era imposible de controlar. Y entonces, este verano en Los Ángeles sufrimos una ola de calor. Llevarlo a la comunidad de casas pequeñas lo sacó de su coche, lo sacó del calor y continuó mostrándole el camino para salir de su situación de persona sin hogar.
“Cada vez que ayudamos a una persona sin hogar (…), también nos centramos (…) en que se convierta en un miembro productivo de la sociedad”: Silvia Gutierrez, miembro de la Comunidad del Corazón Inmaculado. #GSRenespañol
¿Cómo han influido estos programas en su visión de la problemática de las personas sin hogar?
Es difícil y tiene muchas facetas, pero no soy pesimista al respecto porque 2020 y la pandemia abrieron la puerta a soluciones creativas para acabar con el sinhogarismo.
Por un lado, me entristece que tengan que ocurrir cosas tan graves, urgentes y catastróficas para que, como sociedad, pensemos con originalidad y saquemos adelante iniciativas de gran impacto (como el proyecto Roomkey) que nunca se habrían llevado a cabo de no haber sido por la pandemia. Las comunidades de casas pequeñas que están surgiendo en el condado de Los Ángeles no habrían existido si la pandemia no hubiera magnificado la vulnerabilidad de las personas sin hogar.
Cuando el Gobierno estatal o federal impone la obligación de quedarse en casa, hay que tener en cuenta que todas estas personas carecen de hogar. Y aunque siempre lo hemos sabido y hemos estado trabajando para resolver el problema de las personas sin hogar, los elementos de la vida en el mundo real magnificaron la urgencia de la necesidad.
Desde 2020 he podido ver un movimiento que no había visto en más de 20 años. Así que eso me hace tener esperanza y no ser pesimista, pero la realidad es que no hay suficientes viviendas en el condado de Los Ángeles para satisfacer la necesidad, y no hay viviendas multifacéticas para apoyar la compleja demografía de las personas que viven en esta área.
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Necesitamos más viviendas para personas de bajos ingresos, pero también necesitamos una mezcla de viviendas; no estamos trabajando con personas que no tienen ingresos o que reciben ayudas generales, sino que a veces [al mismo tiempo] no eres lo suficientemente rico y no eres lo suficientemente pobre para poder optar a cosas. Tenemos que ser capaces de tener viviendas que satisfagan todas las condiciones de ingresos.
Y la otra cara de la moneda son esos ingresos: lo que gana la gente no es suficiente para cubrir los costes de la vivienda. En el condado de Los Ángeles, los costes de la vivienda han subido año tras año, pero lo que gana la gente no. La gente tiene trabajos a tiempo completo, en Uber, buscándose la vida, pero aun así no pueden pagar lo que cuesta vivir en un barrio seguro y agradable ni un alquiler.
Notas del editor 1: Esta historia aparece en la serie de artículos sobre Personas sin hogar, Objetivo de Desarrollo Sostenible 1: Poner fin a la pobreza, y Objetivo de Desarrollo Sostenible 10: Reducción de las desigualdades.
Notas del editor 2: Este artículo fue publicado orginalmente en inglés el 26 de octubre de 2021.