ENTREVISTA | Hna. María G. Martínez: "La trata de personas adquiere el rostro de la pobreza"

Martínez, junto con la red Rahamim, se reunió en la plaza de la Basílica de Guadalupe en el centro de la Ciudad de México para la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas en la festividad de Santa Josefina Bakhita, el 8 de febrero. A través de la distribución de volantes informativos, la recolección de firmas, cantos y oraciones, la red Rahamim trabaja para crear conciencia y visibilizar este delito en México.

También fue el tercer aniversario desde que la Hna. Martínez se unió a la red contra la trata. En conversación con GSR, la religiosa habla sobre el programa de microcréditos y sobre el llamado del papa Francisco a llevar su vocación a las calles para encontrar a los más necesitados.

GSR: ¿Qué es la trata de personas y cuál es el trabajo de la red Rahamim?

Martínez: La trata de personas es un delito que convierte a las personas en mercancía. A menudo son trasladadas de una ciudad a otra contra su voluntad y explotadas para el trabajo doméstico, la prostitución, la esclavitud, la mendicidad forzada o la extracción de órganos. La red Rahamim nació en México en 2016 para unir el trabajo de diversas congregaciones religiosas comprometidas contra la trata de personas. La red promueve acciones de sensibilización, prevención, protección y formación para evitar ser víctimas, con el objetivo de contribuir a recuperar la dignidad humana de estas personas y desarrollar programas educativos y políticas financieras capaces de combatir y erradicar este delito.

La red Rahamim está presente en seis ciudades mexicanas: Ciudad de México, Tapachula, Chiapas, Puebla, Guadalajara, Colima y Mérida. En cada ciudad, se centra en diferentes trabajos en función de las necesidades. En el núcleo de Ciudad de México, impulsamos como red el proyecto apoyado por la Fundación Hilton, que ayuda a la reinserción social de personas vulnerables y víctimas de trata por medio de los microcréditos para ayudar a la implementación de pequeñas empresas.

¿En qué consisten estos microcréditos ?

Ayudamos a mujeres en situación de prostitución. No damos ningún tipo de ayuda económica directa en forma de efectivo; lo que hacemos es ayudar a la implementación de un emprendimiento personal con la compra de bienes y mercancías. Para este apoyo se invita a las mujeres que necesitan ayuda. Una vez identificadas las candidatas adecuadas, las invitamos a inscribirse [y luego] les ofrecemos espacios de convivencia y talleres.

La ayuda económica no es suficiente para iniciar un negocio, pero podemos ayudar a aquellas personas que ya han decidido construir una nueva carrera y que demuestran que tienen la energía y la capacidad para mejorar sus vidas.

¿Cuándo comenzaron los microcréditos y cuántas personas se pudieron ayudar?

Los primeros fondos económicos provinieron de algunas congregaciones religiosas mexicanas; cada congregación prestó lo que pudo. Para la primera postulación, en 2021, invitamos a cinco chicas; de ellas, solo dos siguieron todo el proceso de formación hasta recibir la ayuda económica. No entregamos sumas de dinero, pero ayudamos mediante la compra de bienes y productos. En este caso, para Lupita y Norma el emprendimiento era un minimercado, esas tiendas locales muy populares en México que venden un poco de todo: dulces, refrescos, galletas. Compramos mercadería por valor de 8000 pesos mexicanos (USD 470) para cada una, para ayudarlas a emprender su negocio.

El objetivo principal es ofrecer una alternativa económica que les permita mejorar su vida y traten de alejarse de la prostitución, y sobre todo recuperar su dignidad como personas. En 2023 la Fundación Hilton nos ha brindado el recurso económico.

Es difícil gestionar los microcréditos. No somos una institución financiera y nuestro objetivo no es lucrar; más bien, ayudar a recuperar la dignidad humana de estas personas. Por esta razón, hemos decidido no entregar dinero en efectivo, sino utilizar estas sumas para la compra de bienes, como parte de proyectos económicos y sociales que ya cuentan con estabilidad y fuerza para empezar.

Estas chicas usan un nombre artístico cuando son víctimas de la prostitución, pero nosotros las llamamos con su verdadero nombre. Es un factor psicológico muy importante para recuperar su dignidad como seres humanos. Para 2024 tendremos dinero para ayudar a entre ocho y doce personas. En ese momento, estamos evaluando a las candidatas para invitarlas al programa de microcréditos.

Como mujer religiosa, ¿cuál es su visión al abordar un problema que es también un problema de dinero y de economía?

Rahamim significa recrear la vida con misericordia. Cuando comencé a trabajar me llamó mucho la atención la historia de dos [muchachas que eran] hermanas, ambas víctimas de trata y de abuso sexual. Son personas que se pudieron rescatar y con las que seguimos en contacto. La sociedad pone precio a los cuerpos y a las vidas de estas personas; y al ponerles precio, la sociedad simultáneamente las rechaza y las margina. Me refiero específicamente a las mujeres en situación de prostitución.

Para mí, trabajar con la red Rahamim es una gran experiencia de aprendizaje. Gracias a la vida religiosa tenemos muchas oportunidades, pero cuando ves la realidad comprendes que mucha gente sufre. Decidí seguir la invitación del papa Francisco, quien nos invitó a dejar nuestros escritorios, a salir a las calles y a encontrarnos con los necesitados, los vulnerables y los indigentes.

¿Qué podemos hacer para prevenir este tipo de delitos?

La prevención es la parte más importante del trabajo de la red Rahamim. Intentamos concienciar sobre este delito a través de cursos de formación, encuentros abiertos al público y jornadas de oración. También organizamos talleres de formación en universidades y escuelas. Tenemos que trabajar con los más jóvenes, porque a menudo los chicos y chicas se sienten atraídos por el Internet. Les enseñamos a estar atentos a lo que sucede en sus redes sociales y a denunciar cualquier posible abuso. Sensibilizar significa mostrar que la trata de personas existe y es un delito. La trata existe; si la ignoras, la favoreces. No debemos cerrar los ojos; la trata de personas es un delito.

¿Qué la atrajo específicamente a la trata de personas?

Trabajar por el respeto de la dignidad de todo ser humano, el cual no está a la venta porque no es mercancía con la que se puede negociar; combatir este crimen no siendo indiferente

El papa Francisco dijo: "La trata de personas es un crimen en contra de la humanidad: debemos unir nuestros esfuerzos para liberar a las víctimas y frenar este crimen cada vez más agresivo".

¿Cuáles son los mayores desafíos en la lucha contra la trata en México?

Si bien es cierto que existe en México un cuerpo jurídico suficiente para combatir la trata de personas, el tema no es una prioridad en las agendas gubernamentales nacional y locales. Ni siquiera se ha hecho lo necesario para tener una dimensión cercana al problema. Sin conocimiento de la magnitud de esta industria criminal ni la voluntad de combatirla, es imposible generar una solución eficiente ahí donde se presenta. Se requiere, además, de una decidida coordinación a nivel internacional de Gobiernos y actores sociales, dadas las extensas redes transfronterizas de los criminales.

En el caso de México, la trata de personas adquiere el rostro de la pobreza que padece la mitad de la población, y es ahí de donde se alimenta, en la desesperación por la sobrevivencia que se junta con la ignorancia y la avaricia de quienes toman ganancias de traficar con seres humanos. 

Ante esta situación es impensable mantenerse indiferentes. Ante la ineficacia gubernamental, la sociedad civil, sus organizaciones y referentes han ocupado algunos huecos de atención que las autoridades han dejado vacíos; sin embargo, es necesario acrecentar su participación en la prevención, asesoría y acompañamiento de las víctimas. Todo esfuerzo por salvar a personas de este sufrimiento o prevenir que pasen por ese infierno, así sea una sola vida rescatada, valdrá la pena.

¿Cómo ha influido este trabajo en su espiritualidad?

Como cristiana y consagrada soy llamada a intencionar la escucha y comunión como respuesta profética sacerdotal-guadalupana, con actitudes a ejemplo de Santa María de Guadalupe: cercanía, acogida, misericordia.

Me ha hecho más sensible y atenta a valorar a todo ser humano y luchar por defender su dignidad e integridad, desde la oración y el trabajo, el acompañar a las personas en situación de vulnerabilidad para no ser presa de la trata de personas. Para la congregación es una oportunidad y aprendizaje el saber estar en este nuevo apostolado, donde no podemos ser indiferentes ante esta necesidad tan apremiante que sangra a la sociedad.