Laudate Deum: otra llamada a reaccionar

Copias de la última carta encíclica del papa Francisco sobre el medio ambiente, "Laudate Deum", están a la venta en una librería en Roma, el miércoles 4 de octubre de 2023. El papa Francisco avergonzó y desafió a los líderes mundiales el miércoles para comprometerse con objetivos vinculantes para frenar el cambio climático antes de que sea demasiado tarde, advirtiendo que la creación de Dios cada vez más cálida está alcanzando rápidamente un "punto de no retorno". (Foto:  AP/Andrew Medichini)

Copies of Pope Francis' latest encyclical on the environment, Laudate Deum, are available for purchase at a bookstore in Rome on Oct. 4, the day of its release. Pope Francis has called on world leaders to commit to binding targets to address and mitigate climate change (AP/Andrew Medichini) 

Ocho años después de Laudato Si llega la exhortación Laudate Deum del papa Francisco, también dirigida a cada persona de buena voluntad y utilizando el mismo método: primero describir los problemas, segundo analizar sus causas y, finalmente llamar a la acción. 

Francisco actualiza la encíclica Laudato Si demandando reacciones urgentes ante la crisis climática, un dramático problema social global causado por un pecado estructural.  

En la exhortación apostólica Laudate Deum el papa nos dice que el cambio climático es uno de los principales desafíos que enfrenta la sociedad y la comunidad mundial, enfocándose en los sufrimientos de las comunidades más empobrecidas, que son las más afectadas por un fenómeno que indudablemente ha sido provocado por los países más poderosos debido a su desarrollo insostenible.

Por otro lado, se refiere a las conclusiones de distintas ciencias que han estudiado esta aceleración del calentamiento. Aquí el papa hace una referencia crítica a los que niegan el cambio climático e invita a cada persona a informarse e involucrarse en la respuesta a este problema.

Con respecto a las causas, se destacan dos factores principales. En primer lugar, el poder de la tecnología, omnipresente y omnipotente, que debido a su mal uso nos ha vuelto seres altamente peligrosos para la vida humana y la existencia de cada ecosistema. Esto lleva a la reflexión sobre el sentido y los límites del poder humano. 

En segundo lugar, se menciona la falta de ética, evidenciada en una economía que beneficia a unos pocos privilegiados a costa de muchos descartados, así como el no cumplimiento de los acuerdos firmados en las Conferencias Climáticas de la ONU desde 1992. Se hace un llamado a la COP 28 que se realizará en noviembre, para que no solo apoye la adoptación, sino que también promueva acciones urgentes hacia una transición energética y la reparación de daños y pérdidas en las zonas vulnerables.  

El papa Francisco denuncia con claridad: “No tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre” (N°2). Aclara que no podemos contentarnos/quedarnos conformes con respuestas engañosas como son las meras soluciones técnicas superficiales ni parches en un sistema mundial/global con profundas deficiencias. 

Por lo tanto, interpela a los poderes que nos han llevado a esta situación, se han beneficiado con ella y han hecho poco por resolverla. ¿Para qué quieren mantener el poder, si este quedará registrado en la historia por su incapacidad de intervenir en momentos cruciales y necesarios? 

En respuesta a las políticas internacionales débiles, el papa destaca la necesidad de fomentar el multilateralismo y establecer organismos con una autoridad global real. Esto permitiría supervisar que los países responsables del deterioro planetario cumplan con los recursos imprescindibles y concreten en hechos lo que firman sobre mitigación, adaptación y remediación de daños y pérdidas. Se hace también hincapié en la importancia de realizar una transición energética con medidas eficientes, obligatorias y sujetas a monitoreos constantes. 

Francisco agrega que también se precisan las organizaciones civiles para emprender acciones subsidiarias. La lucha por defender los derechos humanos, sociales y ambientales se lleva a cabo desde el poder de los pueblos con el apoyo de los grupos de presión. Además, se promueve la democratización de los espacios de diálogo.

Finalmente, el papa nos recuerda las motivaciones espirituales que deben animar a los creyentes para reconciliarnos humilde y amorosamente con la naturaleza. Esto nos impulsa a la conversión personal y a participar en una revolución cultural que nos comprometa con la transformación de este sistema tecnocrático de mercado. Se trata de un cambio de conciencia que nos lleve a reconocer que todo está interconectado en una familia universal y que no somos dioses.

En este documento podemos observar la valentía de Francisco para nombrar a EE. UU. como el mayor emisor de gases de efecto invernadero. También cuestiona el mal uso del poder de la tecnología y de los países colonialistas que se han enriquecido saqueando y empobreciendo los territorios colonizados y dañando el planeta. Además,  su crítica a las Conferencias Climáticas es clara:  “Ojalá muestren la riqueza de la política y no su vergüenza” (N°60).

La exhortación es breve y eso limita su contenido. Sin embargo, algunos esperábamos que insistiera en que el extractivismo es la causa de la crisis climática, que nombrara a las mujeres y los niños como sus principales víctimas y que abogara por un cambio drástico al sistema de producción y consumo centrado en el mercado.  

"A pesar de (…) la criminalización, la descalificación y el silenciamiento de los ambientalistas y científicos, así como la difusión de propaganda mentirosa (…), la lucha por la vida continúa": Hna. Ana Siufi #LaudateDeum #GSRenespañol #HermanasCatólicas 

Tweet this

Siufi, protesta en Argentina contra extractivismo y fracking

A group protests mining and fracking in General Roca, Argentina, in 2021. (Ana María Siufi) 

Yo vivo en la Patagonia argentina desde hace 24 años y puedo constatar en este extremo sur las causas y efectos del cambio climático:  la proliferación de proyectos mineros y la explotación de hidrocarburos, ya sea de forma convencional o mediante el uso de la hidrofracturación (fracking), aplicándolo además en zonas que son de producción frutícola. Todo esto implica el uso indiscriminado de los escasos acuíferos regionales y su contaminación creciente. 

Los desastres ambientales que suelen ocurrir, pocas veces son remediados, ya que el Estado no controla suficientemente el accionar de las empresas petroleras o mineras, y mucho menos la emisión de gases de efecto invernadero.

 A ello se agregan la deforestación y los incendios que cada verano destruyen preciosos bosques nativos andinos, reemplazados muchas veces por monocultivos de pinos o emprendimientos inmobiliarios, lo que conlleva a la pérdida de la biodiversidad en los ecosistemas. 

Las sequías alternan con  lluvias prolongadas, y es evidente la reducción de los glaciares y las nevadas anuales. Las temperaturas extremas son más frecuentes y afectan la salud humana, la cría de ganado o los cultivos, además de provocar cortes de electricidad que perjudican a los comercios. Asimismo, el incremento de los fuertes vientos provoca la caída de árboles y la destrucción de viviendas de la población más empobrecida. 

Sin embargo, una parte de la población gradualmente va tomando conciencia de la peligrosidad de esta economía extractivista. Siguiendo el llamado de Francisco, se organizan asambleas ciudadanas para resistir proyectos de explotación minera, petrolera o hidroeléctricas. Salimos a la calle a decir: "No es No" o "El agua vale más que el oro". Utilizamos carteles, cortes de rutas, expresiones artísticas como murgas, poemas, música y teatro, y  ofrecemos charlas en instituciones educativas y en los medios de comunicación  para informar a la sociedad y promover su participación en los eventos de protesta. 

A pesar de la represión, la criminalización, la descalificación y el silenciamiento de los ambientalistas y científicos, así como la difusión de propaganda mentirosa por parte de empresas y gobiernos, la lucha por la vida continúa. Esta movilización social permanece firme, organizada y cuenta con la participación mayoritaria de las mujeres, y en algunos casos, el apoyo de la Iglesia en esta defensa de la madre tierra. 

Laudate Deum nos recuerda que Dios nos ha unido a todas las criaturas, pero el enfoque tecnológico/tecnocrático puede alejarnos de nuestro entorno y hacernos olvidar que todo está interconectado (N°66). 

Jesús, ejemplo de asombro, amor y atención a la naturaleza y los excluidos, nos invita a escuchar el gemido de la madre tierra y de los refugiados climáticos que nos advierten sobre un colapso planetario que ya está en marcha.

¡Escuchemos!