En los pueblos ucranianos fronterizos los bombardeos rusos son tan cotidianos como el canto de los pájaros. En medio de este estruendo, las Hermanas de San Basilio el Grande se escuchan como una esperanza silenciosa. Durante 2 años de guerra han distribuido ayuda humanitaria, y planean crear un centro de rehabilitación en Kiev. Mientras tanto, en Croacia, Hermanas de la Caridad de Zagreb abrieron sus puertas a los refugiados tras la invasión de 2022.