La hermana María Beatriz Montaner Lewin en el archivo de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. (Foto: GSR/ Leopoldina Reis Simões)
Con el proceso de beatificación de los fundadores de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María en la fase romana, su secretaria general y archivista de la rama femenina tiene por tarea recopilar documentos relacionados con la vida y la misión de la fundadora Henriette Aymer de la Chevalerie. El material archivado es abundante e incluye cartas, documentos y fotografías. En la rama masculina se hace lo mismo por el fundador Pierre Coudrin.
"Personalmente, no tengo formación de archivera; solo interés, entusiasmo y cariño por el carisma y la espiritualidad de la congregación", compartió la hermana María Beatriz Montaner Lewin, tras una visita guiada a los archivos de la rama femenina de su congregación en Roma, ubicada casi puerta con puerta con el Vaticano.
"Detrás de la historia de la congregación (…) hay experiencia, hay vida y, aunque no sea tan maravillosa como nos gustaría que fuera, de todo se puede aprender": Hna. María Beatriz Montaner Lewin, Sagrados Corazones de Jesús y de María
Montaner Lewin, nacida en Santiago de Chile, entró en la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, donde había hecho los estudios primarios y secundarios, e hizo sus primeros votos en 1967. Ella estudió Educación y cursos de teología en la Universidad Católica. Al inicio, su trabajo pastoral ha sido principalmente en los colegios de la congregación en Chile; y desde enero de 2013 es su secretaria general y, por eso, su archivista.
"Sin duda que se tiene la memoria histórica de la congregación, que se va completando a través de los años", dijo Montaner Lewin sobre su cargo.
Global Sisters Report: ¿Para este trabajo de archivo existe un estrecho intercambio entre las ramas femenina y masculina?
Montaner Lewin: Desde mi experiencia de estos años vividos en Roma, cuando ha sido necesario, siempre ha habido intercambio de información entre archivos, incluso algunos documentos se han devuelto a los archivos correspondientes. En la biblioteca de la casa general se encuentran Los Annales, que son informativos, fuentes preciosas de la historia y espiritualidad de la congregación. Asimismo ha existido la comisión de espiritualidad de hermanos y hermanas a nivel de los gobiernos generales, que ha contribuido con su reflexión, generando documentos comunes que han enriquecido nuestra historia.
Actualmente están recopilando material de archivo para entregarlo en el proceso de beatificación de vuestros fundadores. ¿Algunos trabajos serán más interesantes que otros?
Recopilar material de los archivos para el proceso de beatificación de la fundadora de la congregación es realmente un trabajo muy gratificante que nos lleva a conocerla mejor, nos impulsa a seguir sus huellas, con celo, y nos desafía a actualizar hoy el carisma y la espiritualidad que, durante tantos años, dieron vida a la congregación y a la Iglesia; un carisma que con fuerza constatamos que es actual y podemos encarnarlo en nuestro mundo de hoy.
Si eres profesional y quieres ser coherente, tendrás que conservar elementos que marquen también los momentos y las decisiones más difíciles o incluso tristes. ¿Hay alguna parte de vuestro archivo que le gustaría que no formará parte?
Detrás de la historia de la congregación hay hermanas y hermanos, hay experiencia, hay vida y, aunque no sea tan maravillosa como nos gustaría que fuera, de todo se puede aprender, porque Dios pasa también por esas realidades.
La congregación, después de la muerte de los fundadores, vivió años de tensión hasta llegar a la separación de un grupo de hermanas y hermanos, incluida la superiora general de la época. Nos imaginamos que esta experiencia habrá sido un desconcierto y provocó un gran sufrimiento para las hermanas de entonces. Sin embargo, es muy hermoso y significativo leer las cartas de los superiores generales de esta etapa y ver cómo asumieron este doloroso tiempo y cómo se empeñaron en reconstruir la unidad de la congregación, tanto hermanos como hermanas. En el archivo están las cartas y toda la documentación de la época.
Un archivo es más que documentos o papeles; hay una memoria histórica formada por objetos; el archivo de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María también tiene ese componente. (Foto: GSR/ Leopoldina Reis Simões)
¿Esa parte está catalogada como su archivo secreto?, ¿o su archivo no tiene nada catalogado como secreto?
En nuestros archivos no hay un lugar secreto para esconder historias no gratas; no existe esa sección. Todo se puede consultar. Solo hay cartas confidenciales en las carpetas de la superiora general, que tienen [allí] su lugar.
En esta preservación de la historia y la memoria, ¿cómo ve la adopción de nuevas metodologías archivísticas, digitales y otras?
Es un tema que requiere reflexionar en el conjunto de los archivos de la congregación. Hace ya muchos años que se ha cuidado el transmitir fuentes de la congregación, como son las cartas de los fundadores y hermanas de la primera hora, en libros y en diferentes lenguas.
Además, se han encuadernado documentos de épocas más recientes de la congregación: capítulos generales y provinciales, encuentros de superioras provinciales, reflexiones, organización por continentes…; tanta riqueza que merece ser cuidada porque detrás hay mucha vida que se entregó y que se sigue entregando en los diferentes lugares de la congregación hoy.
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Cuando hablamos de archivos, enseguida se nos viene a la cabeza la idea del pasado, pero el archivo también contiene el futuro, ¿no cree?
Efectivamente, en los archivos hay mucho pasado, pero también hay mucho futuro. Así se ha visto en los últimos tiempos. Al ser una sola congregación, hace ya muchos años y en unas épocas más que en otras, se han hecho publicaciones comunes con los hermanos sobre temas de espiritualidad aterrizados al momento de la historia que siguen iluminando el futuro.