El papa Francisco se reúne con la Hna. mercedaria Shizue Filo Hirota de Tokio, tercera desde la derecha, y otros miembros de la comisión preparatoria de la asamblea general del Sínodo de los Obispos, el 16 de marzo en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano. A la derecha del papa aparecen el cardenal Jean-Claude Hollerich de Luxemburgo, relator general del próximo sínodo; el obispo Lucio Muandula de Xai-Xai, Mozambique; Hirota; el arzobispo Timothy Costelloe de Perth, presidente de la conferencia episcopal australiana; y un miembro del personal del sínodo. (Foto: CNS/Vatican Media)
Cuando el papa Francisco se reunió en marzo con los miembros de una comisión recién formada encargada de organizar las próximas reuniones sinodales en Roma, pareció un poco sorprendido de ver mujeres al entrar en la sala.
La Hna. mercedaria Shizue Filo Hirota contó que Francisco exclamó “¡donne!" (que en italiano significa “¡mujeres!”) al verla a ella y a otra funcionaria de la oficina sinodal del Vaticano.
“Estaba contento, pero parecía que no esperaba vernos”, declaró Hirota a Global Sisters Report en una entrevista el 4 de abril.
Hirota, nacida en Tokio, es la única mujer y el único miembro no ordenado del comité de siete personas que se anunció el 15 de marzo. Pero a pesar de estar en minoría, no se siente intimidada.
La Hna. mercedaria Shizue Filo Hirota. (Foto: cortesía Filo Hirota)
“El papa ha asegurado que no va a ser solo un sínodo de obispos, sino que va a ser un sínodo del pueblo de Dios”, explicó Hirota. “Pero como estructura, la Iglesia es jerárquica, episcopal. No puedo representar todos los clamores de los excluidos, pero quizá esté ahí como recordatorio”, agregó.
Durante casi dos años la Iglesia católica ha participado en un proceso de consulta en tres fases con católicos de todo el mundo que culminará en dos reuniones de alto nivel en octubre de 2023 y octubre de 2024 en Roma.
En la primera fase las diócesis de todo el mundo celebraron encuentros para escuchar a católicos y no católicos hablar de una serie de temas delicados que culminaron en un documento de 45 páginas en el que se expresa de forma exhaustiva y sincera la relación de la Iglesia católica con el mundo moderno.
El documento sirvió de base para las reuniones en todos los continentes previas a las próximas reuniones de Roma que Hirota se encarga ahora de ayudar a organizar.
Sin embargo, Hirota no es ajena a la gestión y movilización de grandes grupos de católicos de diversas procedencias y opiniones.
Anteriormente fue coordinadora ejecutiva de las Misioneras Mercedarias de Berriz, miembro de la junta directiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y miembro del comité ejecutivo de Pax Christi Internacional. También ha trabajado en Filipinas, México y Nicaragua, lo que le ha permitido conocer de primera mano el funcionamiento de la Iglesia tanto en la periferia como en el centro.
Según ella, la sinodalidad es una “llamada radicalmente inclusiva a no dejar a nadie atrás”.
“Los obispos que van a estar allí tienen la gran responsabilidad de ser conscientes de que no están allí solo como obispos, sino que representan a millones de personas”: Hna. Filo Hirota #SínodoDeObispos #GSRenespañol #HermanasCatólicas #Sinodalidad2023
Más concretamente, como miembro del comité ejecutivo de la Iniciativa Católica por la No Violencia, Hirota declaró creer que el Sínodo “es un viaje hacia la no violencia evangélica”.
“El mundo sufre la violencia en todos los niveles de la vida humana y medioambiental”, afirmó y añadió: “El Sínodo es participativo, colectivo, fundamentado y dinamizado por el espíritu creativo de Dios, afirmando el impulso no violento de escuchar el diálogo y trabajar a través de las diferencias”.
“Desde esta perspectiva, el Sínodo puede entenderse como una práctica global no violenta para fomentar una Iglesia y un mundo sin violencia”, explicó.
Hirota se mostró “muy impresionada” por el documento de síntesis Ensancha el espacio de tu tienda, que recoge los temas de las sesiones de escucha global, incluido un mayor énfasis en la no violencia y la construcción de la paz.
El documento planteó cuestiones consideradas a menudo tabú en la vida eclesiástica (como las relaciones LGBTQ y la ordenación de mujeres) e Hirota se acordó de que pensó: “Vaya, vaya. Es realmente honesto”.
Es más, ella pensó: “Es realmente el Espíritu Santo trabajando”.
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En los próximos meses, el grupo ayudará a supervisar la redacción del documento de trabajo del Sínodo, conocido como Instrumentum Laboris, que servirá de guía para los debates de octubre, cuya duración será de un mes. El comité también se ocupará de otras cuestiones de planificación, como el retiro que tendrá lugar antes del Sínodo, e incluso de cuestiones prácticas, como la forma en que se sentarán los más de 300 participantes. (Había esperanzas de que se sentaran en mesas redondas en lugar de en los tradicionales asientos tipo estadio del aula sinodal del Vaticano).
Hirota manifestó su esperanza de que tanto en el proceso de planificación como durante las reuniones sinodales de octubre, todos los participantes hagan suyo lo que la UISG señaló en su sesión plenaria trienal de mayo de 2022: la importancia de la vulnerabilidad en el proceso sinodal.
También considera que la Iglesia debe sentirse más cómoda con las “preguntas abiertas” y cree que ser “capaz de vivir con preguntas sin respuesta y problemas sin resolver, pero sintiendo paz” es una parte esencial de la sinodalidad, es decir, caminar juntos con toda la Iglesia.
En una entrevista concedida el mes pasado al diario argentino La Nación, Francisco prometió que todos los participantes en el Sínodo (hombres y mujeres) tendrán derecho a voto, lo que constituye una primicia histórica.
Hirota recordó el Sínodo de los Obispos sobre la Familia de 2015 en el que por primera vez se concedió el derecho de voto a un hermano religioso, un participante no ordenado. El nombramiento de la Hna. xavierana Nathalie Becquart como subsecretaria de la oficina sinodal del Vaticano también dio lugar a titulares que señalaban que sería la primera mujer con derecho a voto.
“El Sínodo puede entenderse como una práctica global no violenta para fomentar una Iglesia y un mundo sin violencia”: Hna. Filo Hirota #SínodoDeObispos #GSRenespañol #HermanasCatólicas #Sinodalidad2023
Aunque Hirota se siente agradecida por estos avances, también le divierte que en 2022 estas cosas consigan ser noticia.
“Estamos en camino de ser normales”, comentó acerca de la Iglesia católica.
Hirota señaló que no es raro oír a alguien elogiar a un sacerdote o a un obispo diciendo que son “normales” o “humanos”.
“¡Jesucristo era humano! ¿Por qué en la Iglesia católica es un cumplido tan inusual que alguien sea normal y humano? Tenemos que volver a eso, recuperar nuestra humanidad”, declaró.
Hirota explicó a GSR que es consciente de que el proceso sinodal tiene sus detractores que, según ella, a menudo tienen su origen en una crítica más amplia a Francisco. Aun así, indicó que corresponde a los organizadores del Sínodo escuchar las preocupaciones o temores de los detractores.
“La única manera de abordar esto es estar cerca de estas personas”, afirmó.
Aseguró que su prioridad durante los próximos seis meses como una de las organizadoras del Sínodo es garantizar que sea, ante todo, un “espacio de oración, contemplación, reflexión y diálogo”.
Y añadió que una vez que los miembros del Sínodo lleguen a Roma, también será importante que recuerden que no están allí simplemente para representarse a sí mismos.
“Los obispos que van a estar allí tienen la gran responsabilidad de ser conscientes del hecho de que no están allí solo como obispos, sino que representan a millones de personas”, afirmó Hirota. “Tienen que mantener esta actitud de escuchar, respetar y recordar todo el tiempo”, apuntó.
“Se trata de repensar la estructura, la espiritualidad y nuestras formas de ser Iglesia. Se trata de preguntarnos cómo debe ser la Iglesia de Jesús hoy”, agregó.
Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 12 de abril de 2023.